El Gobierno “mil usos”.

“El mercado quiere expertos y asume que un profesional no puede ser un experto en muchos campos.”  Raimon Samsó.

Irene Levy escribe hoy en el Universal la columna: “México: experto de clase mundial” https://www.eluniversal.com.mx/articulo/irene-levy/nacion/mexico-experto-de-clase-mundial, donde hace una reflexión, sarcástica, de lo contenta que está porque:

el Gobierno de México se ha convertido, en unos meses, en un experto en todo: construcción de aeropuertos, refinerías y ahora también en la prestación de servicios de telecomunicaciones. Somos los mejores, ni las cuatro empresas más reconocidas del mundo en la construcción de refinerías saben más que nosotros, no, qué bárbaros, cómo rechazan un proyecto tan viable como el planteado por la Secretaría de Energía y pretender cobrar el doble de lo ofrecido y terminar en más del doble de tiempo… esta bendición de regresar al Estado todólogo” …

Yo no sé cuántas de las 5 personas que me leen, vieron o saben de la película del “mil usos” protagonizada por Héctor Suárez por allá de 1981.

El “mil usos” es una cinta que narra las experiencias de un campesino mexicano, Tránsito (nunca conocemos sus verdaderos apellidos), que decide dejar Tlaxcala para ir a buscar fortuna a la Ciudad de México.

En la ciudad, Tránsito experimenta de primera mano, la cruda realidad de los paisanos que vienen a la capital en busca de trabajo. Al poco tiempo de llegar, conoce al personaje interpretado por Rafael Inclán (cuyo nombre tampoco se menciona, pero que bien podría ser un bucrrócrata de medio pelo) y a pregunta concreta de éste, contesta que sabe muchos oficios. Inclán lo bautiza entonces como el “mil usos”.

Entre los oficios que el “mil usos” desempeña durante la película están: cargador en la Merced; limpiador de mostradores en un mercado; Santa Claus; limpiaparabrisas; vendedor de flores en los cruceros (los ramos contenían droga, pero él no lo sabía); bolero, vendedor, barrendero y mandadero (todos estos en la cárcel); vendedor de periódicos; personal de limpia del antiguo departamento del Distrito Federal; asistente en un baño público; albañil; dragón en crucero vial y velador.1

Después de intentar una y otra vez, Tránsito se da cuenta de que la realidad es terca y a veces la voluntad no lo es todo.

Lo he escrito con anterioridad y lo reitero: una de las mayores responsabilidades de un Gobierno es generar y proveer de los instrumentos necesarios a todos los sectores de la población para la generación de riqueza. No se puede distribuir lo que no existe.

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