La primera lección en una democracia.
Parafraseando a Germán Martínez, "como mexicanos debemos de asumir de buena gana una primera enseñanza, obvia en democracia: los
ciudadanos no se equivocan". Es de locos sostener que una persona acierta
cuando vota por el partido de nuestra preferencia, y que se volvió "loco o es una pendejo cuando vota por otro partido. El PRD, el PRI o el PAN, por si solos no son una certeza
moral, son sencillamente una opción cívica en un México tolerante y plural.
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