¡Uy, perdón!


“… no me gustó el “modito”, de que se pongan de acuerdo, y quieran imponernos sus planes…”. Andrés Manuel López Obrador.

Ahora en lugar de tener solamente “peroratas” de dos 2 horas, tenemos “peroratas” adicionales que suman la friolera de 5 horas al día, de lunes a viernes y 3 horas al día, sábados y domingos. Lo siento por los reporteros de la “fuente” que no tienen otra más que “soplárselas”.

Realmente no sé si soy yo, esa pudiera ser la razón, pero a últimas fechas me es cada vez más difícil entender que está pasando por la mente del Presidente. Parece estar completamente desconectado de la realidad en general y no sólo de la realidad mexicana. Para colmo, ahora resulta que al señor Presidente hasta lo que no se come, ¡le hace daño!

La calidad de berrinche que se “aventó” el pasado 27 de abril, cuando se anunció el acuerdo entre el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), no tiene antecedentes en la historia de México, y es que no le gustó “el modito”.

Ya escribía en mi entrada anterior, que los mexicanos íbamos a salir de esta crisis a pesar de él.

Tal vez ya se le olvidó que él fue quien tomó la decisión de, prácticamente, abandonar a las pequeñas y medianas empresas a su suerte. Lo que le molesta, tal vez, es que alguien más si se haya ocupado de ello.

Sería necesario que alguien le aclarará al Presidente dos cosas: la primera, este es un acuerdo entre particulares, que no viola ninguna ley, y sobre el cual no tiene voz ni voto; la segunda es que es una operación de factoraje, un concepto que tal vez no conoce.

¿Qué es el factoraje?

El factoraje está diseñado para “comprar” las cuentas por cobrar de una empresa, mismas que fueron originadas en ventas a sus clientes y que se encuentren debidamente facturadas y sustentadas. La entidad financiera, en este caso el BID, asume la posesión legal de las facturas y realiza el pago correspondiente, mismo que puede representar entre el 85% y el 90% del valor de la factura, lo que le permite tener un flujo monetario sano y capital de trabajo; por otro lado, el deudor difiere ese compromiso. ¿No es un sueño para cualquier empresa pequeña o mediana?

Los pasos son simples:
  • Una empresa “X” realiza un servicio para su cliente “Y” y cede la factura resultante al BID.
  • El cliente “Y”, que no tiene liquidez, difiere ese adeudo con interese muy bajos o en algunos casos sin intereses.
  • El proveedor “X” recibe el pago de su factura.
  • El BID, posteriormente, obtendrá el pago completo del cliente “Y” y recuperará su dinero.

 Algunos datos adicionales:
  • El factoraje se remonta al siglo XVII, o sea no es nada nuevo.
  • El acuerdo entre el CMN y el BID es de hasta 12 mil millones de dólares (288 mil millones de pesos, aproximadamente, dependiendo del tipo de cambio).
  • Todo el programa del gobierno federal de apoyo a las empresas, a través de la Secretaría de Economía y del IMSS, es de solamente 50 mil millones de pesos.

Retomo el título de esta entrada, ya que tal vez el señor Presidente estaba esperando que alguien le dijera: uy, ¡perdón!, pero más vale que se vaya acostumbrando porque ese será el camino que tomará la sociedad mexicana durante los próximos meses.

Y si del “modito” se trata señor Presidente:
No me gusta el “modito” en el que se refiere a los que no estamos de acuerdo con usted.
No me gusta el “modito” en que usted justifica tirar nuestro dinero en proyectos inútiles y le hace creer a la gente que estamos bien.
No me gusta el “modito” que utiliza para dividirnos.
No me gusta el “modito” en que su gabinete, bastante mediocre, no soluciona nada.
No me gusta el “modito” en que usted confunde a los empresarios que viven del erario, con los que le dan de comer.
No me gusta el “modito” en el que sigue pretendiendo ser candidato y no gobernante.
No me gusta el “modito” en el que prefiere llevarnos al precipicio antes de reconocer que se equivocó.
No me gusta el “modito” en el que trata de callarnos con frases y no con resultados.
No me gusta el “modito” en el que usted miente.
Pero sobretodo, no me gusta el “modito” en el que está dirigiendo el país.

p.d.
Pemex perdió 12.51 dólares por cada barril de petróleo que refinó en los primeros tres meses de este año, es decir, un total de 21,340 millones de dólares (562,251 millones de pesos). Para que tengan una idea, esta pérdida es mayor que la que tuvo Pemex en todo el 2019 y equivale a la construcción de tres proyectos como el de Dos Bocas. ¿Por qué seguimos refinando petróleo?


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