El efecto mariposa.

“Los ricos son distintos a los pobres. Los ricos tienen miedo al contagio y se aíslan. Los pobres tienen miedo al hambre y salen a trabajar”. Sergio Sarmiento.

“La teoría del caos trata sobre ciertos sistemas complejos y dinámicos, no lineales, muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a largo plazo.

La teoría del caos supuso en su momento una gran revolución científica al reflejar que muchos sistemas, hasta entonces considerados deterministas y previsibles, tienen severas limitaciones a la hora de predecir eventos futuros. Esto es importante, ya que uno de los fundamentos de la ciencia es la capacidad de eliminar incertidumbre sobre lo que pasará”.

Iniciada por Henri Poincaré como precursor y popularizada gracias al trabajo del matemático y meteorólogo Edward Lorenz, la teoría del caos se ha utilizado en campos como las matemáticas y la meteorología para explicar la inexactitud y la dificultad para obtener resultados previsibles de la realidad.

El efecto mariposa describe como un pequeño cambio puede tener consecuencias masivas e impredecibles. “Un insecto agita sus alas y, semanas después, provoca un tornado”.

Nada más acertado para explicar cómo los modelos matemáticos en todo el mundo, y que han sido desarrollados por las mentes más brillantes de nuestra generación, han sido incapaces de extrapolar de manera general y acertada el comportamiento de la pandemia que hoy vivimos. Baste decir que la evolución de la misma, ha sido diferente en cada país, por no decir, en cada localidad.

No podemos negar que estamos enfrentando una crisis global, tal vez la mayor crisis de nuestra generación. Las decisiones que está tomando la gente, de manera individual u organizada, y los gobiernos de todos los niveles, darán forma a nuestra civilización en los años por venir.

Si tenemos suerte, pasaremos “el pico" de la pandemia en los próximos meses, pero la economía, los gobiernos, las instituciones sociales y las familias tardarán años en recuperarse en el mejor de los casos. De hecho, en lugar de hablar de "recuperación", lo que implica un retorno a cómo estaban las cosas, sería más prudente pensar en qué nueva dirección tomará la civilización. 

Ese será un viaje de tres a cinco años y lleno de baches.

En el mundo de hoy, híper-conectado, las redes globales permiten que los "efectos" de mariposa se ondulen y amplifiquen de manera inmediata.

El coronavirus es más como un terremoto, con réplicas que modelarán permanentemente el mundo, ya que la principal característica de esta crisis es que es multidimensional. Nadie está exento a su impacto.

A nivel mundial su alcance es tal, que sus afectaciones son comunes a todos los países y fácilmente identificables, ya que han desnudado nuestras carencias. Por mencionar algunos ejemplos, están las limitaciones de los servicios de salud pública, la carencia de políticas sociales efectivas y de largo plazo, la falta de planeación, el pobre manejo de las crisis y de la mitigación del riesgo, la falta de una visión de mediano y largo plazo, el apalancamiento de la economía, la inequidad entre la población, la dependencia de economías extranjeras, la concentración de las cadenas de suministro más importantes a nivel mundial en manos de unos pocos, pero sobre todo, las capacidades o las limitantes personales e ideológicas de cada uno de los gobernantes de este planeta.

¿Qué tienen en común los países con las mejores respuestas ante la pandemia de Covid-19?
Que sus líderes son mujeres.

A nivel local también su impacto es brutal, pero diferenciado, ya que responde a las características únicas de un país o de una localidad. Por citar algunos ejemplos, a raíz de la cuarentena en México, la violencia doméstica ha crecido de manera brutal, la inseguridad registrada durante el pasado mes de marzo fue la más alta en la historia del país, los feminicidios siguen creciendo, las agresiones al personal médico y de enfermeras se está volviendo algo común, la respuesta de los gobiernos estatales y locales ha sido diferenciada, ya sea por capacidad económica o por su ideología.

¿Cuál es el denominador común?
La falta de un liderazgo, la falta de empatía, la falta de coordinación, la falta de autocrítica, pero sobre todo la falta de sentido común.

Parafraseando a Héctor de Mauleón: "eso queríamos, eso tenemos".

p.d.
Les algunos datos:
  • La economía más importante del mundo, Estados Unidos, registra al día de hoy, más de 22 millones de solicitudes de seguro de desempleo, como resultado de la pandemia.
  • La segunda economía más importante del mundo, China, acaba de anunciar la contracción de su PIB en un -6.8%, su primera caída desde que se lleva registro.
  • En México, los inversionistas extranjeros están liquidando sus activos. Ya van 7 mil millones de dólares, la mayor cifra desde 1994.
  • Se reasignó presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública al sector salud. Este chiste también se cuenta sólo.
  • Los delegados del IMSS que están haciendo frente a la pandemia de Covid-19 fueron designados por “tómbola”, no lo olvidemos.
  • En México existen 34 millones de empleados que carecen de seguridad social.
  • El Presidente de México acaba de concretar, a través de Banobras, la compra del Estadio de Beisbol "Héctor Espino" por 511 millones de pesos. ¡Claro hay prioridades!

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