Una consulta pública sobre las consultas públicas.
"Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es
que no todos ignoramos las mismas cosas" - Albert Einstein
Uno
de los elementos distintivos de la democracia es el uso de un lenguaje incluyente,
que mal utilizado, puede ser muy peligroso.
Las
expectativas de una ciudadanía sedienta de cambios deben de ser muy bien
manejadas, ya que de otra manera pueden convertirse en la "espada de Damocles”
de los gobernantes. La opinión pública de hoy es, inestable, manipulable,
cambiante y hasta autoritaria.
Hace
algunos días se anunció, nuevamente, que la construcción del Nuevo Aeropuerto
Internacional de México (NAIM) será puesta a consulta, aún y cuando ya hay un
segundo dictamen técnico y financiero que recomienda su construcción en
Texcoco.
Aquí
la frase mágica es: “dictamen técnico y financiero”.
Ya
he escrito con anterioridad que en mi perspectiva existen decisiones que sólo
competen al Estado, asesorado por especialistas en el tema, y que esta es una
de ellas.
¿Por
qué nos quieren preguntar, si no conocemos del tema?
O
ahora también vamos hacer organizar consultas públicas sobre:
¿El Tren Maya?
¿El recorte salarial a burócratas?
¿Convertir a “Los Pinos” en museo?
¿La reubicación de las Secretarias
Federales a los Estados?
¿Nombrar a Manuel Bartlett director
de la CFE?
¿Priorizar en la CONADE el apoyo al béisbol?
¡Claro
que no!
La tarea, por ahora, parece ser la de conseguir un nuevo dictamen técnico que contradiga a
los dos dictámenes técnicos anteriores.
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