El pueblo también se equivoca (y no estoy hablando del NAIM).

“Nunca hay que pactar con el error, aun cuando aparezca sostenido por textos sagrados.” Mahatma Ghandi.

Bolsonaro es el más reciente ejemplo de que el pueblo puede equivocarse.

El nuevo Presidente electo de Brasil, un candidato de derecha radical, ha ganado las elecciones aprovechándose de la corrupción rampante, la inseguridad y la precariedad económica del pueblo, que cansado, le ha dado su voto.

El pueblo tiene el derecho a equivocarse, siempre y cuando, las instituciones creadas para otorgar certidumbre al ejercicio de las libertades y los derechos no se vayan al bote de la basura.

La democracia es el gobierno de las mayorías y de las minorías o no es democracia.

Una de las características de las democracias modernas, es la existencia de un marco legal y de instituciones que velan por las libertades, las garantías individuales y los derechos humanos de sus gobernados y que los protegen en contra del abuso de los poderosos, sin importar el apoyo popular que estos tengan.

Pareciera que el mundo en su conjunto busca liderazgos peligrosamente fuertes, radicalizados y proteccionistas. Es como regresar 40 años en la historia y para mí, que ya lo viví, es verdaderamente triste.

p.d. 
Y hablando de las equivocaciones de los pueblos, el gobierno de Estados Unidos va a mandar 5,200 soldados a la frontera con México como respuesta al avance de la caravana migrante. Ese número de solados es el doble de los desplegados en Siria.


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